¿CÓMO EL ALMA ELIGE A SUS FUTUROS PADRES PARA REENCARNAR?
Los individuos que esperan su momento para reencarnar, no están como en una ventana viendo lo que sucede en el plano físico.
Cuando la pareja en el acto sexual entra en fusión, genera una intensa elevación de energía cuya vibración va a situarse y abrirse en una de las esferas ubicadas en los planos sutiles. Cada esfera está habitada por diferentes grupos de entidades. La esfera con la que se conecta la pareja corresponde al nivel de su desarrollo para procrear, a la energía que han sabido liberar, a la manera como han vivido esa energía, a todo lo que son espiritualmente, hereditariamente y que corresponde a todo lo que pueden proponer como padres, raza, nación, etc.
Todo esto constituye lo que ellos pueden ofrecer como destino para esa entidad. Es por esa razón que las esferas viajan. En un período de tiempo X en la tierra, la esfera que estaba designada para los nacimientos, las entidades que la habitan habiendo obtenido suficientes encarnaciones, la esfera se desplaza y sede el lugar para otras esferas con otras entidades.
Es por eso que se dice que cíclicamente los iniciados de tal país, o que los atlantes, o que los iniciados egipcios, o que los iniciados celtas regresan en encarnación; o al contrario que las órdenes malévolas de tal o tal grupo regresan en encarnación.
Esto es porque cada individuo, cada alma pertenece a una vibración, pertenece a una esfera de entidades y esas esferas tienen derecho a la encarnación en horas muy precisas. En momentos que corresponden a sus desarrollos espirituales o la necesidad de su encarnación para efectuar algo en el planeta. Por lo tanto, siempre hay una gran correspondencia entre el mundo espiritual y el mundo físico.
Entonces, cuando ese gran túnel de vibración se ha elevado y abierto en la esfera que corresponde a las entidades que deben encarnar en ese momento, el factor preponderante que determina la entidad es la similitud de las vibraciones. Lo que aportan los padres como destino, karma, educación, devenir social, etc. Y no porque reconoce a sus antiguos padres o amigos de una otra vida.
Los vínculos karmicos no son jamás lazos afectivos y es por eso que pueden estar casados con personas que son nuevas en vuestro desarrollo cósmico. Si quisieran en cada reencarnación encontrarse con el mismo marido o la misma esposa, no habría evolución y no habría diversidad porque el alma, desde la perspectiva de su reino, no tiene relación afectiva con lo manifestado (el mundo físico). El alma tiene una relación de necesidad y una relación de voluntad. Lo que es justo se vuelve su voluntad, lo que es necesario se vuelve su voluntad y el amor es para todo el mundo y no solo para las personas que ha previamente conocido. El amor es para todos.
Esto quiere decir que el alma no tiene ningún problema con casarse con tal o tal ser, porque ella tiene amor para todo el mundo. En cambio, la psicología que se generará a partir de la encarnación, independientemente de la disposición tomada por el alma y su universalidad, va a seleccionar sus potenciales parejas: “Este si me gusta, este no”. Todo eso pertenece al juego del plano físico y no al juego del alma.
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